Hoy quiero compartir con todas las personas que preparáis una oposición, especialmente la de técnico en imagen para el diagnóstico, mi experiencia.

Yo preparé, bueno, me presenté hace muchos años a una oposición, no tenía estrategia, no era el momento, no busqué guía; pero me parecía que era «lo que tocaba». Estudié mucho durante un periodo corto de tiempo. Eran 88 temas, era imposible, los temas iban a un bombo y sacaban 4. No me cayó ninguno de los que había preparado.

De aquella experiencia aprendí que, a veces, puedes escoger, pero cuando no puedes, tienes que decidir cómo te enfrentas a tu oposición. Desde hace casi 20 años, acompaño a personas que, para tener opciones de trabajo o conseguir una plaza, no les queda más remedio que enfrentarse a preparar una oposición. ¡Disfruto enormemente de ello!

¿Cómo enfocas tu preparación? ¿Con ánimo?, ¿con desidia?, ¿con resignación?, ¿con ganas? ¿Has compartido con tu entorno lo que vas a hacer? ¿Les has dicho lo que necesitas para que te resulte un poco más fácil? ¡Me parece una buena forma de empezar!

El examen es tipo test, eso condiciona la estrategia de preparación. Yo, en mis clases, suelo decir que es algo muy parecido a aprobar el carnet de conducir. La inmensa mayoría cuando aprobamos, no sabíamos conducir, pero nos enseñaron cómo aprobar. Alguien puede estar pensando que esto es una aberración, lo sería si en la oposición seleccionasen al que está mejor preparado, al que obtiene imágenes diagnósticas con la menor dosis posible y además domina todas las técnicas. Seleccionan al que obtuvo mejor nota ¡y descuentan las preguntas que has fallado!

Se aprueba una oposición sabiendo mucho de lo que preguntan, no es suficiente con tener mucha experiencia. Para trabajar no necesitas saber que la velocidad del sonido es menor que la de la luz, ni qué técnica es la adecuada para descartar una displasia de cadera, porque los técnicos ¡no solicitamos pruebas!

Se aprende mucho preparando una oposición, porque saber los principios físicos de los equipos nos ayuda a utilizarlos mejor y a entender qué estamos haciendo. Pero no todo es recordar datos ni siquiera entenderlo, debes entrenar cómo enfrentarte a un examen en el que sabes que te puede caer cualquier pregunta que no viste, no fijarte si te piden la falsa o la correcta, decidir si dejas la pregunta y sigues, gestionar la emociones que te asaltan, no enredarte en preguntas ambiguas, ¡aprovechar lo que sabes al máximo!

Cuando opositas, buscas certezas. La realidad, que es muy terca, nos demuestra que en los exámenes de oposición hay muchas preguntas mal contestadas y ambiguas. Compartimos algunas en Instagram y las mezclaremos con las «verdades absolutas».

Un abrazo,

Irene